Yo no soy de esas mujeres que visten de seda,
no soy esa mujer que se adorna con joyas para deslumbrar
ni la que lleva tacones de aguja para parecer más alta.
Nada de eso necesito para ser yo misma.
Me basta con la sencillez de sentirme bien
sin necesidad de aparentar nada,
con adornos fuera de lo común
con los que no me identifico...
Para estar en paz con mi interior
no tengo que ser lo que no soy.
Nada de vestidos caros ni ropa de etiqueta
con intención de ir a la última moda,
ataviada de lujos que no van conmigo..
En vez de esto, prefiero ir normal,
sencilla y cómoda , aunque nadie se fije en mí.
me permito vestirme de hada
y tocar con mi varita invisible
las palabras que quiero hacer brillar
a mi alrededor.
Es entonces cuando me siento princesa
Es entonces cuando me siento princesa
con mil historias que contar y sentimientos
que compartir.
Una princesa sin corona, sin traje de fiesta
ni zapatos de cristal…
Simplemente una princesa surgida
de un mundo de fantasía que no existe
más que en mis pensamientos
y en mis palabras,
a los que doy
rienda suelta y permito existir plenamente...
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